Balance de la Relación Bilateral México – Estados Unidos

Este análisis de la relación bilateral se divide en dos grandes apartados:

1 . Política y 2. Economía.

1. LO POLÍTICO EN LA RELACIÓN BILATERAL

1.1. MIGRACIÓN

La política migratoria del gobierno de Andrés Manuel López Obrador experimentó un giro de 180 grados muy temprano en su sexenio, que inició el 1 de diciembre de 2018. Cuando fue candidato, presidente electo y en los primeros cuatro meses de su mandato, AMLO habló de una política humanitaria, que apuntara a la cooperación y el desarrollo local en Centroamérica con el propósito de que la migración fuese una opción libre, y no una decisión forzada por las dificultades económicas y la violencia. Sin embargo, a partir del 7 de junio de 2019, bajo la presión de Washington, ese discurso fue reemplazado por el compromiso de contención del tránsito de migrantes procedentes de Guatemala, El Salvador y Honduras, a cambio de que Estados Unidos no imponga aranceles a las exportaciones mexicanas. A raíz de este pacto, México hizo suyas medidas punitivas como la militarización de la frontera sur, a la cual fueron enviados 6 mil elementos de la Guardia Nacional para combatir a los migrantes y solicitantes de asilo.

Bajo el esquema llamado de manera eufemística el ‘Protocolo de Protección a Migrantes’ (MPP por sus siglas en inglés, o ‘Quédate en México’), México aceptó recibir a las personas que son devueltas al país mientras sus solicitudes de asilo se procesan en las cortes estadounidenses. Un estudio de la Universidad de Syracuse muestra que hasta el final de 2019, de 29,309 casos concluidos, sólo 187 personas habían obtenido asilo, es decir ¡apenas seis de cada mil solicitantes! De esta manera, México se convirtió en el muro que Trump prometió a su electorado para detener el flujo de personas que se dirigen hacia Estados Unidos para salvar su vida, nulificando en la práctica el derecho a solicitar la protección internacional. Decenas de miles de solicitantes de refugio se encuentran abandonados por ambos gobiernos en ciudades con altas tasas de homicidios como Tijuana, Juárez y Matamoros, lo que los pone en situación de alta vulnerabilidad frente a grupos del crimen organizado, como víctimas potenciales de secuestro, extorsión, trata y tráfico de personas.

Otro dato desolador es que la política de cooperación con Guatemala, El Salvador y Honduras para generar empleos y atacar las causas de raíz del éxodo se quedó en meras promesas. La promesa de apoyar a esos tres países -traducida en la exportación de los programas sociales ‘Jóvenes Construyendo Futuro’ y ‘Sembrando Vida’- se ha quedado trunca, pues el fideicomiso Fondo México, encargado de gestionar las ayudas de 30 millones de pesos a cada país para implementar programas sociales, será extinguido según el Decreto publicado el 2 de abril de 2020 en el Diario Oficial de la Federación, sin que Honduras y El Salvador hayan recibido un peso.

Finalmente, el Plan de Desarrollo Integral México – El Salvador – Guatemala – Honduras elaborado por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) de la Organización de las Naciones Unidas, presentado el 20 de mayo de 2019, es hoy letra muerta. Ni el gobierno de Trump, ni el gobierno de López Obrador lo tienen entre sus prioridades, ni han invertido recursos para ponerlo en práctica.

1.2. SEGURIDAD

Los temas pendientes y centrales sobre seguridad no han sido abordados sustancialmente, ni en la reciente reunión entre Trump y AMLO, donde tampoco existió pronunciamiento alguno al respecto en el comunicado oficial. Esto implica que, aun en el remoto caso de que se hubieran discutido, no se sabe de ningún acuerdo significativo que reevalúe la enorme importancia de atender la grave crisis de seguridad interna por la que pasa México. Cabe suponer que fueron eliminados con el objetivo de no discutir temas tóxicos en una reunión cuyo propósito era mantener la cordialidad con Donald Trump.

Los temas relevantes de seguridad, son:

1- La laxa estrategia de seguridad del gobierno mexicano frente al crimen organizado, que en lugar de debilitar ha fortalecido a este, frente a los intereses del Estado y la sociedad mexicanos. Esto incluye el precio en vidas que se ha pagado y la ausencia de una estrategia conjunta para trabajar con base en criterios de colaboración común. Esto ocurre a pesar de que se sobre entiende que la DEA, está detrás de las política de seguritización del Estado mexicano. El problema de esto es que sólo la DEA y el aparato de seguridad mexicano la conocen. Todo esto incluye la seguridad fronteriza.

2- Tráfico de armas, de personas, de estupefacientes. EU ha hecho caso omiso a los reclamos de México sobre la exportación legal e ilegal de armas ligeras y pesadas hacia México, con las cuales se cobran vidas de nacionales en nuestro país. No existe un mecanismo articulado y coherente por medio del cual el gobierno de Estados Unidos esté afrontando esta amenaza a la seguridad. La política de liberación del uso de armas emprendida por Trump, es un factor que impide que una política de contención sea implementada. Por otro lado los polleros, que forman parte del amplio círculo criminal que permite que el tráfico de armas ocurra, no han visto afectada su actividad. No está claro si la política migratoria de México en contra de los peticionarios de asilo de Centroamérica, haya sido funcional para detener las prácticas del tráfico de personas, las que se sabe se aplican desde la entrada misma de estos inmigrantes en la frontera sur. Con respecto al comercio ilícito de estupefacientes, existe un círculo perverso que tienen que ver con el consumo y la producción, dos dinámicas codependientes.

3- La seguridad fronteriza ha sido un tema ausente por el hecho mismo de que México no se ha atrevido a cuestionar el muro que, todos sabemos es una arma propagandística de Trump y no una solución al problema. Asimismo, México no ha rebatido con firmeza que los migrantes mexicanos no son un problema para la seguridad fronteriza.

1.3. LA COMUNIDAD DE ORIGEN MEXICANO EN ESTADOS UNIDOS

Es importante recordar que la población de origen mexicano nacida en los Estados Unidos, antes de la separación del territorio en 1847, se ha cuadruplicado cada 50 años desde esa época. Los estados fronterizos, originalmente California y Texas, pasaron (en números gruesos) de 125 mil habitantes en 1850 a 500 mil en 1900, 2 millones en 1950 y 8 millones al inicio del siglo 21, distribuidos prácticamente en todos los Estados Unidos. Es decir, la base poblacional de esta comunidad data de mas de siglo y medio de historia.

Adicionalmente, hay que tener presente que la migración a los Estados Unidos fue innecesaria durante el período conocido como el milagro mexicano de 1933 a 1982, dados los 50 años de crecimiento sólido por encima del 6.6% anual. Sin embargo, el programa bracero (1942 – 1964), solicitado por los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, familiarizó a unos 2 millones de migrantes con el trabajo estacional. Fueron ellos quienes mostraron el itinerario a seguir a la siguiente ola migratoria de las últimas dos décadas del siglo 20.

El estancamiento de la economía mexicana de 20 años de 1982 a 2000, llevó a emigrar aproximadamente a 1 millón anual de jóvenes mexicanos, sin idioma, sin conexiones y con escolaridad mínima. A tomar el riesgo de buscar en el mercado laboral de los Estados Unidos los puestos rechazados por los estadounidenses, como recolectores de frutas, soldadores, jardineros, cocineros, lavacoches, lavaplatos, etc.

Por eso, los republicanos siempre habían sabido de los beneficios empresariales del trabajo migrante, mientras que los demócratas siempre habían estado preocupados por los efectos negativos en el mercado laboral. Pero no se puede soslayar que desde el año 2000, la migración mexicana comenzó a disminuir mientras que la centroamericana comenzó a aumentar y México pasó de ser exportador nacional a puente centroamericano de migrantes.

Hoy la comunidad de origen mexicano en los Estados Unidos son 37 millones en tres grupos de aproximadamente 12 millones cada uno: (1) recién llegados (por mitad con y sin papeles); (2) primera y segunda generación; y (3) de tercera o más generaciones. Toda esta comunidad tiene el potencial de convertirse, una vez organizada, en la mayor fuerza de cabildeo en los EEUU, en beneficio primero de la misma comunidad y, segundo, de México, tal y como ocurre con la organización de la comunidad judía de los Estados Unidos. Más aun, la comunidad hispana se suma con facilidad a estas iniciativas potenciales, en beneficio de todos sus miembros y de toda la región y eleva el número de sus miembros a un poco más de 60 millones, según Pew Research.

1.4. MÉXICO – CANADA: EL VECINO DEL VECINO.

El título del libro de la investigadora Gutiérrez Haces, El Vecino del Vecino, refleja bien la relación de México con Canadá, caracterizada por altos y bajos, claros y oscuros siempre influenciada por la gran sombra del «elefante» de en medio.

El auge económico del Porfiriato en la primera década del siglo XX, una belle époque «mundial» para las relaciones internacionales y comerciales, marca uno de esos periodos de auge. Inversionistas canadienses juegan un papel de relevancia en minería, infraestructura, finanzas. Se establece aquí el Bank of Montreal, se funda la Compañía de Luz y Fuerza y otras. En los años 20 se da asilo a la comunidad menonita canadiense en Chihuahua. La década de los 30 y la Segunda Guerra Mundial no favorecen la relación. Canadá, bajo la tutela británica en materia de política exterior, impone veto a una relación diplomática con México, como represalia por la expropiación petrolera y no puede establecer relaciones diplomáticas con México hasta finales de los años 40.

Se abre una ventana de oportunidad con las negociaciones de TLCAN. Inicialmente a Canadá no le interesa porque ya tiene un Tratado de libre comercio bilateral con EU. Inicialmente al Presidente Salinas y el Secretario de Comercio Jaime Serra también solo les interesa Estados Unidos. Alfredo Phillips Olmedo, Embajador de México en Canadá convence a Salinas y al Primer Ministro Mulroney, que la presencia de México y Canadá sirven como necesario contrapeso a Estados Unidos. Se da así la relación «trilateral» y hay un redescubrimiento de la relación con Canadá. Bajo el TLCAN, México y Canadá se convierten en sus respectivos terceros socios comerciales. Canadá juega el papel de socio importante en las cadenas productivas en la industria automotriz, en la industria aeroespacial, en Querétaro, con Embraer, en la minería y en el Comercio agropecuario, México en el invierno canadiense, exporta los «berries» que les gustan mucho, y para México, los granos canadienses.

En las nuevas negociaciones con él TMEC, reflorece la tradicional bipolaridad. Al inicio Canadá, conociendo el desprecio de Trump por lo mexicano, país de «criminales, drogadictos», consideran que México va a ser un estorbo en la negociación y favorecen un acuerdo anglosajón, entre «güeritos». Todo cambia cuando se da la relación especial Kurchner-Videgaray, entonces los marginados son los canadienses. Se complican las relaciones personales Trump-Trudeau por los agravios a este en la cumbre del G7 en Canadá. Hay serios problemas entre los dos países, de acceso a lácteos americanos, acero y aluminio, mecanismos de solución de controversias, industrias culturales. Finalmente se llega al Acuerdo, trilateral. Con dignidad Trudeau encuentra excusas para no asistir a la celebración el, 1o de julio del presente, para no favorecer la reelección de Trump e inmiscuirse en el proceso electoral lo cual deja a México en una situación más débil aún.

La relación con Canadá no es la mejor. Cuando se ha tenido una relación amistosa con el Gobierno de Trump, se ha ninguneado a Canadá. Después de muchos meses no ha presentado credenciales, como un funcionario muy prestigiado del servicio exterior canadiense, el embajador Graham Clark. Sigue siendo un embajador en funciones pero no acreditado.

Debemos establecer una relación prioritaria con Canadá. No solo como contrapeso útil en el TMEC, con los problemas y oportunidades importantes que subsisten en su «aterrizaje». Hay que resolver que los sindicatos canadienses, nos ven como rival en el sector automotriz, les robamos inversión extranjera. Hay problemas en Minería, Napoleón Gómez fue asilado y protegido en Canadá. Tenemos intereses en el gran sector aeroespacial. Compartimos una vocación multilateralista. México ganó y Canadá perdió sorpresivamente la elección en el Consejo de Seguridad. Desde la época de Trudeau padre, Canadá apoyo CONTADORA y compartimos la necesidad de apoyar el desarrollo de Centroamérica y el Caribe. Tenemos intereses en los países de la Alianza del Pacifico. Canadá tiene inversiones estratégicas e intereses en minería, energías, e infraestructura. Somos muy complementarios en exportaciones agrícolas por la diferencia de climas. Enfrentaremos juntos los retos del resultado de las elecciones en Estados Unidos. No podemos ser solamente los vecinos de vecino. Necesitamos una relación más activa.

1.5. ESCENARIOS ELECTORALES EN ESTADOS UNIDOS.

En el momento actual y desde el último mes, la ventaja que tiene Joe Biden sobre Trump es importante. Dependiendo de la casa encuestadora y de los estados, va desde 5 puntos arriba hasta 12 en el voto popular y lo mismo ocurre en el voto electoral. La tendencia, hasta ahora, en ambos votos, el popular y el electoral, que es el sustancial, le da cierta ventaja a Biden, aunque nada es definitivo aun.

Una de las estrategias que los demócratas están utilizando principalmente, es aprovechar los errores de Trump en el manejo de la pandemia. EU es el epicentro de la enfermedad. Los nuevos casos aumentan en 60,000 al día y el número de muertes ya rebasó los 160,000. Todo parece indicar que el presidente no está dispuesto a cambiar su estrategia sanitaria. Por abrir la economía, el número de casos no se ha reducido. Además, la insistencia en que los niños regresen a la escuela físicamente ha cambiado la narrativa electoral.

Así, los demócratas han aprovechado para enfatizar que el jefe del ejecutivo no le interesa cuidar a los estadounidenses, ni a los niños ni a los adultos. A nadie. Si se mueren, allá ellos. Para Trump el virus va a desaparecer en cualquier momento y mientras tanto él sigue su campaña como si nada sucediera. Demostrar que no le interesa el bienestar de los estadounidenses es lo que han hecho hasta ahora y al partido Demócrata se le han sumado también varios grupos de republicanos, desde el grupo de los Bush hasta el de los Reagan. El mismo Henry Kissinger cuestiona y critica la presidencia republicana actual.

El trabajo electoral que los demócratas han tenido que hacer para obtener esta ventaja sobre Trump ha sido mayúsculo y quirúrgico dados los tiempos de pandemia. Esta caída busca ser revertida. Sin duda tiene preocupado al presidente y a su equipo. Se necesitaba tratar de cambiar la imagen de Trump. Se replanteó su estrategia, nombrando un nuevo jefe de campaña, Bill Stepien. En estas últimas tres semanas la popularidad del presidente-candidato republicano ha ido de bajada en lo que es un escenario que se contrapone.

Por una parte necesitaba moderar su actitud para poder atraer votantes en un momento en que se profundiza la radicalización de su base más fiel. La misma cadena Fox News que favorece en todo momento a Trump, en su encuesta del 19 de julio le da una ventaja a Biden de 8 puntos. Entre las nuevas medidas que deciden tomar para evitar el precipicio, se enmarca la visita de López Obrador a Washington. Le urgía que los norteamericanos vieran que tiene una actitud amable y que hasta puede ser una buena persona.

Ante esta situación los representantes demócratas y los líderes de las comunidades mexicanas e hispanas, están molestos con el gobierno mexicano. Las consecuencias no las sabremos en lo inmediato. Pero el riesgo de que la popularidad de Trump crezca está presente. Recordemos que en la crisis de 1994, después de que Carlos Salinas de Gortari apostara por la reelección de George Bush padre y ganara Bill Clinton, los representantes y senadores demócratas no nos perdonaron. El rescate financiero no se apoyó en el Capitolio. Todo lo contrario. Lo vetaron con todo tipo de medidas que México no iba a aceptar, como era la exigencia de que rompiéramos relaciones con Cuba.

Ante la crisis financiera, Clinton tuvo que hacer uso de la reserva del tesoro y del fondo del Ejecutivo para lograr el rescate de México. Ahora bien, la recesión que tendremos a partir del segundo semestre de este año, será mucho más profunda que la de diciembre de 1994. La recesión para los Estados Unidos mismos será también grave. Veremos si los demócratas nos apoyan en un escenario en el que ni el Fondo Monetario Internacional ni el Banco Mundial, tendrán ya tampoco fondos ni recursos financieros. Además, en el caso en que ganen los demócratas, el gobierno de la 4T será fuertemente cuestionado.

Los demócratas se preocupan por el mantenimiento de la democracia y el respeto a los derechos humanos, pero el gobierno de AMLO no le asigna la misma prioridad al tema. Por otra parte, los demócratas son los principales promotores del uso de las energías limpias. Todo lo contrario de lo que ha hecho Trump. En este caso el proyecto energético de la 4T se podría ver también cuestionado. Ni el uso de los hidrocarburos y mucho menos del carbón y combustóleo serán bien vistos por los demócratas tanto en el Capitolio como en el Ejecutivo.

En el caso en que Donald Trump se reeligiera, Andrés Manuel López Obrador ya apostó por él. No obstante, nada asegura que los republicanos puedan ganar el Capitolio. En este sentido, a pesar de ya conocer a Trump, nada asegura que los apoyos de los congresistas a favor de México se concreten. La apuesta de AMLO por el presidente republicano, no deja de ser riesgosa.

1.6 INSTITUCIONES Y ESTRATEGIAS DE LA RELACIÓN BILATERAL

Los últimos años se han caracterizado por lo incierto de las atribuciones que corresponden a la Secretaría de Relaciones Exteriores, la disminución de su presupuesto tradicionalmente exiguo, la presencia reducida de los miembros de carrera del servicio exterior en los altos mandos de la Cancillería, la opacidad en los nombramientos y líneas de mando en el área de los encargados de la relación con Estados Unidos.

Uno de los problemas más serios en la relación México-Estados Unidos es la creciente debilidad de las instituciones encargadas de conducir dicha relación. Cabe recordar que el puesto de Subsecretario para América del Norte está vacío, el nombramiento de Director General ha recaído en una persona muy joven, conocedor de pocos episodios reciente de la relación con Estados Unidos, pero sin experiencia previa en el Servicio Exterior.

Para ejemplificar la falta de institucionalidad se tiene el encuentro entre López Obrador y Trump que tuvo lugar a través de decisiones puramente personales. No entró en juego una institución que, entre otras cosas, se ocupara de preparar los aspectos formales y de fondo que generalmente acompañan un encuentro presidencial. No existió una agenda bien planeada, no tanto para cuestiones de poca monta, como decidir el horario de los eventos que tendrían lugar, sino para prever cuidadosamente lo que se deseaba obtener, el alcance de los documentos que se iban a firmar y, sobre todo, cuáles serían los mecanismos de seguimiento para asegurar que los compromisos establecidos se van a cumplir.

Desde un ángulo de planeación estratégica aspectos, como definir la lista de empresarios que iban asistir a la cena ofrecida por Trump, hubiesen merecido mucha atención. ¿Qué papel desempeña esa lista en los objetivos que estoy persiguiendo? Al afirmar que el T-MEC es pilar fundamental de la política económica de México, ¿qué medidas se están tomando para que sea creíble?

Es evidente que las preguntas anteriores no inspiraron las decisiones tomadas en torno a la visita a Washington. Son otros los objetivos, de corto plazo y para fines de imagen, los que se persiguieron.

En realidad, ni ahora, ni en ocasiones anteriores (con excepción de cuando se firmó el TLCAN), el gobierno mexicano ha conceptualizado con claridad lo que espera de su relación con Estados Unidos. El tema es la asignatura pendiente de la política exterior del México contemporáneo.

2. LO ECONÓMICO EN LA RELACIÓN BILATERAL

En Junio de 2020, México enfrentó la peor situación económica desde la Gran Depresión de 1929. Esto como resultado de una doble crisis, la de salud del Covid 19, en que la contención significó una parálisis de la producción con efectos económicos sobre el empleo y el ingreso en forma generalizada afectando los empresarios disminuyendo la demanda.

La estrategia en materia de salud para contener el Covid 19 fue lamentablemente tardía, situación compartida, entre otros, con los gobiernos de Trump, Bolsonaro y Boris Johnson, a los cuales seguimos en la más alta letalidad y contaminación. A finales de julio, México se acercaba a los 50,000 muertos y 400,000 contaminados y distaba de llegar a un pico.

En términos económicos, el 2o trimestre es uno de los más dramáticos de nuestra historia, situación que es común a la mayoría de los países, con una caída estimada del PIB de alrededor del 20% y en inversión total, manufacturas, construcción, exportaciones de alrededor de -40%. Esto significa 12 millones de desempleados, otros 6 millones en tránsito de empleo permanente a transitorio y posibles incrementos de pobreza de 10 millones por pauperización de parte de la clase media. Según la CEPAL, hay 500,000 unidades productivas quebradas particularmente entre las míPymes. Esto significa que el PIB caerá en más de 10% en 2020 solo superado por el -14% de 1932.

Este panorama se agrava por ser México un país que ha aplicado un débil programa de estímulos: 1:5% frente a programas de un monto entre 10 y 30% del PIB y entre los grandes países de América latina entre 5 y 10%.

2.1. MÁS ALLÁ DEL T-MEC: LA POLÍTICA INDUSTRIAL.

La entrada en vigor del T-MEC y la visita de AMLO a Washington han aclarado una parte importante del horizonte de inversión de mediano plazo. Habrá que permanecer siempre alertas, pues no es vacuna frente a aranceles “en aras de la seguridad nacional”, como los que recién amenazan a los exportadores de transformadores mexicanos y sus partes.

Lo importante es que ahora hay que ver más allá del T-MEC y establecer estrategias, políticas e instrumentos concretos de fomento -como los tienen los EUA y otros países- para que cristalicen nuevas inversiones. Un pacto social nacional es cada vez más urgente.

La ausencia de una política industrial y tecnológica, de financiamientos competitivos de largo plazo de la banca comercial y de un impulso financiero mayor de la banca de desarrollo, siguen deteniendo inversiones, sobre todo ante los grandes rescates y apoyos del Gobierno de los EUA y de países europeos a sus unidades productivas en crisis o en reconversión competitiva frente a las China y las asiáticas.

La reactivación económica en medio de la persistente crisis del coronavirus exige una revisión de las políticas de gobierno y de las prácticas privadas México se ha quedado atrás a nivel latinoamericano y mundial en cuanto al apoyo a las unidades productivas y empleos en riesgo, que demandan programas para otorgarles mayor liquidez, evitar la destrucción de capacidades productivas y apoyar de manera condicionada a los sectores estratégicos, que requieran recapitalización para reiniciar actividades y abordar nuevas inversiones. Las PYMES en particular requieren hoy y a futuro programas renovados a partir de la creación de polos o clusters regionales y locales.

2.2. FRONTERA MEX-EU

“Afterthought” no tiene una traducción directa al español. Se entiende como posdata, una idea tardía, un apéndice narrativo, el arroz que llega cuando ya se está en el postre. Así se sienten los temas de la frontera cuando se realizan las cumbres bilaterales.

Las noticias previas del fortalecimiento del Banco de Desarrollo de América del Norte fueron más que bienvenidas, pero no suficientes. En la frontera se materializan con encono todos los problemas de la agenda binacional: seguridad, migración, pobreza y desigualdad, agua y medio ambiente, infraestructura, comercio, administración municipal. Por razones políticas, se suma una viscosidad creciente en la misma — “thickening of the border”, por citar a Francisco Lara.

Nos queda una primera tarea en torno a la frontera: entenderla. Comprendemos las dimensiones de su problemática, pero no su naturaleza y dinámica. De entrada, no podemos seguirla pensando como una realidad monolítica, homogénea, especialmente del lado norteamericano. No solemos a la distancia percibir los matices. Los estereotipos y simplificaciones abundan y no ayudan a configurar una política de desarrollo eficaz para la región.

El contraste más evidente es económico. No solamente por la asimetría entre ambos lados, sino porque del lado norteamericano los niveles de ingreso parecen un espejo de la marcada pendiente de la línea fronteriza hacia el sur, desde San Diego hasta Brownsville.

En la parte oriental, el condado de Starr en Texas — al este de la Presa Falcón — está entre los 25 condados más pobres del país, entre más de 3,000. Su ingreso per cápita es de la mitad del nacional. Más de 45% de la juventud vive allí en la pobreza. Es el condado con mayor proporción de hispanos en los EE.UU.; más de 96%. Los retos de la atención del COVID-19 en el hospital del Condado de Starr han sido dramáticos.

En el extremo poniente se encuentra San Diego; el ingreso per cápita es 2.3 veces el de Starr, 13% mayor al nacional. Los niveles de pobreza son casi tres veces menores a los de Starr en proporción a la población.

En paralelo a entender los matices, urge crear una perspectiva de región ante problemas que no obedecen a líneas y muros. En temas largamente debatidos como el del agua compartida, resultan insuficientes los acuerdos del pasado y son ineficaces las estructuras rígidas de negociación bilateral existentes. Es necesario lograr fórmulas ágiles de planeación y administración conjunta, buscando esquemas sostenibles, equitativos y transparentes que dejen de lado nociones que en poco ayudan a la protección de ecosistemas.

La coordinación entre los gobiernos estatales y locales es también un asunto prioritario. A partir de 1980 la Conferencia de los Gobernadores Fronterizos representó un foro para tratar de identificar una agenda en común e integrar una red de líderes que le diera sustento en ámbitos de competencia local y estatal. En lugar de perfeccionar su operación, hace casi diez años dejó de convocarse. Con excepción del vínculo Sonora – Arizona, San Diego – Tijuana y pocos más, las alianzas subregionales y los mecanismos de enlace transfronterizo son insuficientes.

La geografía, la historia, la interdependencia económica y las muchas vías de interacción comunitaria impulsan un proceso acelerado de compenetración en la frontera. Ambos lados pueden prosperar juntos; es, de hecho, la única forma en que realmente podrán avanzar. ¿Cómo aprovechar el realineamiento de cadenas productivas globales y los corredores de producción compartida en la post-pandemia si no empezamos por crear un entorno más atractivo en la frontera?

La evolución económica y demográfica del sur de Estados Unidos debiera ser motivo suficiente para un nuevo enfoque de la frontera. La economía de California y de Texas es cada una más de tres veces mayor en términos per cápita que la de México. Una tercera parte de la población de California y Texas es ya de origen mexicano. En meses recientes, el crecimiento de la población hispana en Texas ha sido 5.5 veces mayor a la de los blancos no hispanos y en 2021 la rebasará en términos absolutos.

El Banco de la Reserva Federal de Estados Unidos ha analizado a fondo la estrecha relación que existe entre la buena marcha de la economía mexicana y el bienestar del sur del vecino país. La prosperidad de una de las regiones de mayor dinamismo demográfico y mayor pobreza de Estados Unidos va claramente de la mano del progreso de México. México en su conjunto debe aprovechar mejor una ventaja esencial para apuntalar su competitividad: su vecindad con Estados Unidos en la propia franja de encuentro.

2.3. REUNIÓN AMLO-TRUMP: INAUGURACIÓN DEL T-MEC.

Lo positivo

Ambos presidentes hablaron de la necesidad y oportunidad de aprovechar el T-MEC. AMLO señaló que “El haber conseguido este acuerdo representa un gran logro en beneficio de las tres naciones y de nuestros pueblos.” Trump habló de América del Norte y ya no solo de llevar inversiones a EU: “[USMCA is] the largest, fairest, and most advanced trade deal ever reached by any country, and it will bring enormous prosperity to both American and Mexican workers and Canada.”

Lo negativo

Hacer énfasis en la balanza comercial: el comercio no es un juego de suma cero a pesar de que en ello ha instado Trump para imponer barreras comerciales, una de sus principales críticas al TLCAN era precisamente la balanza deficitaria de EU con México. En Washington, AMLO señaló que “nuestra región es inexplicablemente deficitaria en términos comerciales; […] lo cual se traduce en fuga de divisas, menores oportunidades para las unidades productivas y pérdida de fuentes de empleos.”

La política energética de la Cuarta Transformación ha generado incertidumbre para inversionistas tanto nacionales como extranjeros, por lo que resultó sugestivo escuchar de parte de López Obrador que la relación bilateral se mantuvo positiva a pesar de la nacionalización petrolera: “En los días posteriores a la expropiación petrolera, en una carta, el general Cárdenas reconoció el buen entendimiento bilateral.” Quizá pudo haber mencionado la resolución pacífica de otro tema difícil pero que ya no tiene trascendencia sobre diferendos actuales: El Chamizal.

Oportunidad insuficientemente aprovechada

Si bien la visita transcurrió sin mayores contratiempos, lo cual no es cosa menor, la Declaración Conjunta son mas bien buenos deseos, pero sin compromisos concretos. Por ejemplo, se menciona que “El T-MEC es el instrumento idóneo para proporcionar certeza económica y mayor confianza a nuestros países,” pero no se precisan acuerdos específicos, como pudo haber sido uno sobre industrias esenciales y protocolos para la actividad económica en tiempos de pandemia, entre muchas otras opciones para dar contenido real a la Declaración.

Antecedentes y contexto

La visita del presidente López Obrador a Washington el pasado 8 de julio del presente, tiene muchas aristas a analizar. Por una parte fue una visita con un resultado exitoso en términos personales, diplomáticos y políticos para ambos presidentes. Por otro lado, no se trataron los temas de la compleja agenda bilateral entre México y Estados Unidos.

En el primer aspecto, se cuidaron todas las formas diplomáticas y políticas y los dos presidentes respetaron en todo momento los libretos que se acordaron. De esta manera, se evitaron malentendidos lo que de entrada fue positivo. Los discursos que ambos presentaron ayudarán, posiblemente, a cambiar la narrativa del ambiente anti-migrante y anti-mexicano que se vive en Estados Unidos (EU) desde el 2016. No se tocaron los temas de fondo de la relación México-Estados Unidos pero se abrió también la puerta para que, en los próximos meses, se retomen los problemas sustanciales de la relación bilateral.

El objetivo de la reunión fue celebrar la entrada en vigor del nuevo T-MEC unos días más tardes de su fecha de inicio, el 1 de julio 2020. Al no asistir el Primer Ministro de Canadá Justin Trudeau, una visita que debió ser trilateral se redujo forzosamente a lo bilateral. No abordó la complejidad de temas de la agenda bilateral México-Estados Unidos y fue muy acotada, exclusivamente a algunos aspectos del T-MEC.

Una visita de esta naturaleza, en un año electoral en EU, corrió riesgos como el de no visitar a los representantes del partido demócrata, ni a la comunidad de mexicanos en Estados Unidos en un momento en que se optó por concentrarse en el presidente Trump. Las consecuencias de esta decisión las veremos hasta después de noviembre en términos electorales pero después de enero 2021, una vez que se dé el cambio de gobierno, tanto en el ámbito presidencial como en la Cámara de Representantes y en el Senado.

La visita se efectuó en un contexto peculiar de las relaciones de México con ese país, por las siguientes razones:

1. Fue la primera visita de trabajo de AMLO al exterior y, de hecho, su primera salida internacional desde que llegó a la presidencia. Esto no es de sorprender para un presidente que abiertamente ha dicho que la mejor política exterior es la interna. Con todo, esta visita no deja de sorprender por lo rápido que se organizó y por el momento político-económico por el que atraviesan los dos países.

2. En efecto, en México la administración AMLO ha tenido que enfrentar presiones tanto internas como externas que han generado incertidumbres a dos años de haber ganado las elecciones presidenciales.

3. En la parte internacional, las principales presiones hacia México vinieron por parte de la administración Trump. El primer reto fue negociar el voto favorable al T-MEC -herencia de la administración de Peña Nieto- por parte del Congreso estadounidense. Después, AMLO tuvo que negociar también la supresión a los aranceles impuestos al acero y aluminio que la administración Trump impuso, tanto a Canadá como a México, durante las negociaciones del TMEC. Poco después Trump nuevamente amagó al país de imponer hasta un 25% de aranceles a todas las importaciones mexicanas, si el país no frenaba el ingreso de centroamericanos ilegales desde su frontera con Guatemala. Por último, la visita se llevó a cabo en una coyuntura en que Trump ya había iniciado su campaña para la reelección presidencial, apresuraba la construcción de un muro como símbolo para frenar la movilidad no deseable proveniente de su frontera sur (indocumentados, drogas, virus del Covid 19), y amagaba con considerar a los traficantes de drogas como organizaciones terroristas.

Este documento es el primer documento del grupo de política exterior del CTVLU. No cubre todos los aspectos específicos de la relación bilateral pero se centra en los sustanciales. Más adelante presentaremos otros trabajos que incluyan los faltantes como lo son los temas de cambio climático y la cooperación en salud. También trabajaremos temas regionales y multilaterales. Esperamos, con este inicio, favorecer la reflexión y discusión de los principales intereses de la política exterior de México.

MIEMBROS DEL GRUPO DE POLÍTICA EXTERIOR:

COORDINADORES: Olga Pellicer, Susana Chacón y Mauricio de Maria y Campos.

PARTICIPANTES: Miguel Basáñez, Guadalupe González González, Carlos Heredia, Isidro Morales, Antonio Ortiz Mena, Raúl Rodríguez Barocio, Francisco Suárez Dávila, María Fernanda Torres Rodríguez y José Luis Valdés-Ugalde.

COLABORADORES EN ESTE DOCUMENTO:

Miguel Basáñez, Susana Chacón, Carlos Heredia, Mauricio de Maria y Campos, Isidro Morales, Antonio Ortiz Mena, Olga Pellicer, Raúl Rodríguez Barocio, Francisco Suárez Dávila y José Luis Valdés-Ugalde.

EDITOR DEL DOCUMENTO:

Miguel Basáñez

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